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Fez recibe a sus visitantes en el norte de Marruecos, entre el Rif y el Atlas Medio. Radiante y colorida, desde su creación en la Edad Media, Fez es una de las cuatro ciudades imperiales del país. Un destino que hace soñar tanto a los amantes del arte como a los turistas. Podrá perderse en sus zocos, recorrer los callejones de su medina, contemplar la belleza de sus edificios con impresionantes mosaicos y realizar actividades que le ayudarán a descubrir la ciudad. ¿Todavía tiene dudas? Aquí le dejamos 10 buenas razones para poner rumbo a esta exótica ciudad.
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Fez tiene lugares sorprendentes, incluida su escuela coránica: la Madrasa Bou Inania. Construida entre 1350 y 1357 por el sultán Bou Inan, esta escuela ha sido completamente reformada. En la mayoría de los casos, una madrasa tiene solo una sala de oración. La de Bou Inania tiene una mezquita identificable por su espléndido minarete verde y un mihrab construido con varias columnas de ónix.
Durante varios años, Fez ha sido sede del famoso Festival de Música Sacra del Mundo. Si decide visitar esta ciudad en junio, tendrá el privilegio de asistir a un evento único en el que participan una gran cantidad de artistas de todo el mundo que se reúnen por una pasión común. Muchos conciertos suelen celebrarse en el Museo Batha o en la plaza situada frente a Bab Bou Djeloud.
Visite la curtiduría al aire libre de Chouara, considerada la más importante de Marruecos, es una experiencia inusual. Fundada hace más de 1000 años y ubicada cerca de la plaza As-Seffarine, es una de las atracciones turísticas más populares. Lo ideal es ir allí por la mañana, cuando los curtidores están en plena actividad. Con un poco de suerte, podrá moverse entre los tanques llenos de tintes. Algunos vendedores incluso estarán encantados de explicarle el proceso que siguen las pieles a cambio de una compra o una cantidad simbólica. También tendrá la oportunidad de admirar el espectacular panorama desde la terraza de los cafés y los restaurantes de los alrededores.
La artesanía es una de las atracciones más bellas de este destino marroquí. Haga una parada en el zoco de henna. Además de los comerciantes que ofrecen henna en todas sus formas, también descubrirá cerámica rústica. Fuera de la medina, también vale la pena visitar el barrio de los alfareros. Las bandejas de cobre y bronce son otros objetos que se encuentran principalmente en la Plaza Seffarine.
Visitar los museos es una actividad de pleno derecho en Fez. En el Museo de Armas, ubicado en un imponente fuerte del siglo XVI, descubrirá una impresionante colección de armas antiguas, algunas de las cuales datan de épocas prehistóricas. El Museo Nejjarine de Artes y Oficios de Madera presenta, por su parte, una multitud de objetos tradicionales, como cuentas de oración, diversas herramientas de artesanos, instrumentos musicales o varios elementos de herrería bereber. El arte y la artesanía marroquíes son visibles en el Museo Batha. Entre coloridas alfombras bereberes, encontrará una selección de zelliges y estuco cincelado recuperado de antiguas madrasas o bellos bordados fasíes.
Majestuosamente dispuesta en el corazón de la medina, la mezquita Quaraouiyine fue construida en 859 por refugiados tunecinos y puede acoger hasta 20.000 fieles. Este edificio dedicado a la religión musulmana también alberga una de las universidades más antiguas del mundo, todavía en activo. Incluso cuenta con una biblioteca que presenta una colección excepcional de coranes. A este lugar no pueden acceder las personas que no sean musulmanas, pero aún se puede disfrutar del esplendor de sus interminables columnatas desde las puertas que dan a las plazas As-Seffarine y Talaa Kebira.
En Fez, descubrirá una pequeña ciudad dentro de la ciudad, conocida como El Jdid y construida durante el siglo XIII para revivir la ciudad. Se convirtió en el lugar preferido de los diferentes comerciantes. Con una decoración, más bien peculiar, que recuerda a un antiguo distrito real, esta pequeña ciudad alberga varios espectáculos, como los encantadores de serpientes. También tómese su tiempo para descubrir sus lugares emblemáticos, como la Plaza de los alauitas, el Barrio Judío de Mellah, el suntuoso Palacio Real Dar El-Makhzen y sus Jardines Reales.
La medina de Fez es un sitio particularmente increíble. Podrá adentrarse en esta impresionante estructura y perderse voluntariamente por sus calles estrechas, o realizar rutas temáticas. Cada campo es identificable por un color. El itinerario de la muralla y la fortificación revela la autenticidad del patrimonio arquitectónico de la medina, mientras que el circuito artesanal sumerge a sus visitantes en las calles de los zocos. El itinerario del palacio y los jardines andaluces, por su parte, están dedicados a la civilización árabe-andalusí.
Imposible imaginar una estancia en Fez sin visitar su inmensa medina. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1981, hoy se encuentra entre las 4 ciudades imperiales más antiguas y mejor conservadas de Marruecos, además de contar con la medina más grande y antigua del mundo. Además de visitar sitios imperdibles como la Mezquita Quaraouiyine o la Mezquita de los Andaluces, descubrirá todas las facetas de la historia local, las costumbres y las tradiciones en todo su esplendor. Déjese llevar por el ruido, los gritos, los olores, los colores y, sobre todo, por la convivencia en los lugares.
Cuando cruce la ciudad de Fez, seguramente le sorprenderá la belleza de sus puertas. Reflejando el estilo árabe-andalusí, cada una de ellas cuenta su propia historia y sus pequeñas anécdotas. La puerta de cerámica esmaltada Bab Boujloud se encuentra en la entrada principal de la medina. Cerca de la pared que conecta los barrios de Fes El Jedid y Fez El Bali, no debe perderse Bab Chorfa.
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