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La palabra Tailandia significa paisajes fuera de lo común, una cultura milenaria, una población que considera que la hospitalidad es una tradición y un lugar donde el aroma y los colores exóticos están presentes en cada rincón. Descubra las actividades que no debe perderse si visita la perla del sureste de Asia.
Tailandia es un destino ideal para bucear. Sus aguas limpias y templadas están llenas de tesoros naturales únicos. A pocos metros de profundidad, se sumergirá en un mundo poblado por una rica fauna, donde se encuentran peces mariposa, mantarrayas, delfines y peces payaso. Los corales de una rara pureza albergan miles de pequeños peces y crustáceos, algunos de los cuales aún se desconocen. Podrá practicar buceo en la costa de Andaman, en Ang Thong Park, en Surin o en el archipiélago de Similan.
Otros deportes acuáticos amplían el catálogo de actividades, como la pesca, especialmente en Pattaya, donde la barracuda, el pargo rojo y el mero deleitan a sus seguidores. También podrá disfrutar del kitesurf y del windsurf, mecido por el agradable viento de Phuket. Volar en parapente también es posible. De esta forma, podrá admirar desde las alturas las playas de arena que bordean un mar turquesa.
Sea cual sea su destino en Tailandia, visitar los templos es obligatorio. En Bangkok, diríjase al templo Wat Pho, hogar del Buda reclinado más grande del país, luego continúe su caminata a lo largo del río Chao Praya, donde se encuentra el templo Wat Arun. Wat Benchamat Bophit, el más reciente de los templos reales, también es imperdible por su majestuosa arquitectura de mármol de carrara y enormes jardines. Debajo de su estatua central, llamada Pha Buddha Chinaraj, descansan las cenizas del rey Rama V. El templo de Wat Rong Khun es, sin duda, el más atípico del país. Se sitúa en Chiang Rai y es completamente blanco con pequeños espejos en sus paredes. La luz brillante de estos templos ofrece, por la noche, un espectáculo digno de las divinidades a las que están dedicados.
Si visita el país, no puede abandonarlo sin recibir una sesión (o más) del masaje tailandés tradicional, un arte profundamente arraigado en la cultura del país. Gracias a una técnica que condensa el amasamiento de los músculos, la acupresión y el estiramiento de las articulaciones, vivirá un momento de pura felicidad y recuperará toda su vitalidad. También podrá aprovechar su estancia para aprender la técnica del masaje tailandés de los monjes del Templo Wat Pho, la escuela de masaje líder en el país.
Los mercados flotantes muestran el folclore y la originalidad de Tailandia en todo su esplendor. Son coloridas canoas, cargadas de dulces, pescado, crustáceos, carnes, frutas exóticas y vegetales, que se mueven suavemente por un laberinto de canales. Los más famosos son Damnoen Saduak, Amphawa y Bang Ku Wiang.
Gracias a los mercados flotantes, Bangkok ha sido apodada la "Venecia de Asia". A bordo de un barco, podrá dejarse tentar por la degustación de algunos platos tailandeses.
