Descubrimiento de las islas francesas antes del verano
Creado el: 09 Abril 2018
Las islas francesas, esos trozos de tierra repartidos por las cuatro esquinas del planeta, ofrecen paisajes variados con colores que cambian al ritmo de las estaciones. Poner rumbo a estos destinos antes del verano es garantizar una estancia ideal lejos de las multitudes y las altas temperaturas. En las playas de arena, rodeado de malvas, en el mar Mediterráneo o frente a imponentes acantilados, descubrirá que Córcega e Isla de Ré han mantenido a lo largo de los años su encanto de antaño para que viajeros de todo el mundo disfruten de agradables sorpresas.
En la llamada “Isla de la belleza” podrá admirar un entorno envidiable mientras disfruta del aroma que desprenden los maquis y de las canciones corsas llenas de encanto. En Ajaccio, el lugar de nacimiento de Napoleón, o en Calvi, la antigua ciudadela, Córcega no le dejará indiferente. En sus pueblos encontrará una amplia gama de actividades disponibles para usted.
Escapada gourmet y tradicional en Córcega
En la costa sur que, a priori, parece no aguardarle grandes descubrimientos, se encuentra Bonifacio, que esconde secretos entre sus hermosas calas, como Porto-Vecchio. En medio de acantilados de piedra caliza blanca, podrá admirar increíbles puestas de sol con hermosos colores que se reflejan en el penetrante azul del mar mientras disfruta de las especialidades locales: charcutería, brocciu, caccavelli, sciacca o panettes. En un entorno diferente, en la Alta Córcega, las casas y las torres genovesas situadas en la ladera de la montaña son el telón de fondo de Bastia y Cap Corse. Esta "isla en la isla" compuesta por crestas rocosas y valles, rinde un maravilloso tributo a las tradiciones corsas. En la cima de las montañas, alfareros, pintores, músicos y escultores exponen su trabajo en el pueblo de Pigna, cerca de Patrimonio, ¡todo un placer para los visitantes! Además, aquí encontrará suculentos vinos, moscatel y blancos que podrá degustar en las tabernas.
Impresionante panorama de paisajes
Con un aire a fin del mundo, el Golfo de Porto es un esplendor natural que se caracteriza por una calma y tranquilidad relajantes, similares a las que se respiran en el Golfo de Saint-Florent. Entre el cielo y el mar, las rocas anaranjadas de los acantilados y el azul del agua ofrecen un espectáculo que no deja a nadie indiferente. Contiene la increíble reserva natural de Scandola, un fondo marino de gran biodiversidad que los nadadores y buzos disfrutan admirando. Y, en dirección sur, Piana es una parada imprescindible. Este pueblo con impresionantes vistas de las montañas también alberga calas con formas inusuales que tendrá la oportunidad de descubrir. Volviendo a la tierra, debe saber que los yacimientos arqueológicos de Filitosa y Levie, situados en las gigantescas montañas de Alta Rocca, le permitirán descansar mientras disfruta de los lugares tranquilos. A través de las rutas de senderismo de Bruzzi, viajará a través de pueblos de granito del interior para completar su escapada a lo largo de la costa y llegar a la hermosa Bonifacio. En el camino, es probable que encuentre algunas piscinas naturales de agua dulce, ideales para nadar, pero también hermosas playas.
Actividades para toda la familia
Tanto si viaja con amigos o en familia, Córcega ofrece entretenidas actividades para todos en tierra o en el agua. Los niños podrán disfrutar en pleno corazón del Mediterráneo de divertidos paseos en burro, clases de vela e, incluso, circuitos de aventura.
Para refrescarse realice una sesión de barranquismo durante la cual podrá explorar las profundidades de los cañones de Vacca y Baracci o, incluso, de los rincones secretos de las paradisíacas Islas Lavezzi. Y, a lo largo de la costa, podrá descubrir en kayak o practicando snorkel, los arroyos y las aguas cristalinas del fondo del mar.
El arte de vivir al estilo de la Isla de Ré es un lujo que no puede rechazar. "Ré la Blanche" (Ré la Blanca) es la promesa de un auténtico cambio de escenario para unas inolvidables vacaciones familiares en Charente Marítimo. Playas de arena, puertos frente a las marismas, viñedos y bosques... este soleado destino es el hogar de paisajes auténticos y salvajes. En el corazón de sus 10 pueblos pintorescos encontrará sus tradicionales casas blancas con persianas verdes en las estrechas calles rodeadas de malvas reales, ¡son increíblemente encantadoras! ¡Será una verdadera inmersión en la cultura de la isla!
Los pintorescos pueblos de Isla de Ré
Algunos de los pueblos de la Isla de Ré han sido clasificados como Patrimonio Mundial por la UNESCO y esto es algo que evidencia que cuentan con maravillas que le encantará descubrir.
A su llegada, Rivedoux le dará la bienvenida en un típico puerto pesquero antiguo, una bahía caracterizada por la ostricultura y cabañas de ostras donde podrá disfrutar de estos deliciosos platos. Continuando su camino, en la capital de la isla, en Saint-Martin-de-Ré, las fortificaciones y casas de la ciudad han conservado su encanto original y consiguen transportar a los visitantes a las historias del pasado y, por lo tanto, a un descubrimiento de las tradiciones de isla. Una de ellas es la salicultura cuya explotación dibuja un paisaje atípico y tradicional que refleja el alma de los alrededores. En medio de las marismas, Loix, toda vestida de blanco, le ofrece una visita al Ecomuseo de Marant Salant para conocer todos los secretos de esta herencia intemporal. Pero la belleza de Isla de Ré no se debe únicamente a la sal. Ars-en-Ré, considerado uno de lospueblos más bonitos de Francia, no tiene nada que envidiar a sus vecinos. Este lugar rodeado de viñedos cerca de la costa salvaje es donde podrá relajarse con los beneficios del mar a través de la talasoterapia y disfrutar observando la fauna silvestre que encontrará a su alrededor. La calma y la serenidad le acompañarán haciéndole sentir que el tiempo se detiene.
Autenticidad y tradición en los mercados locales
Una estancia en Isla de Ré no estaría completa sin descubrir las tradiciones y las maravillas culinarias de esta isla francesa. Sabores locales, jabones artesanales, vegetales, frutas de temporada y productos emblemáticos: esta es la atractiva exhibición que encontrará en los mercados locales. Podrá observar cómo los lugareños se reúnen aquí creando un ambiente agradable, mientras pasea por los puestos en busca de los mejores productos regionales para probar: Rosé dunes, Pineau ILrhéa, mermeladas y mieles caseras, galletas de Sainte-Marie-de-Ré o la auténtica y sabrosa cerveza 100% natural de la Brasserie Bières en Ré. La Flotte, con sus típicos callejones, le presenta un mercado medieval en el borde de los muelles transitados por los barcos. Y, en Bois-Plage-en-Ré, rodeado por una inmensa playa y bosques de pinos y robles, encontrará el mercado más grande de la isla. Por otro lado, es aquí donde abundan las pistas para bicicletas y donde surfistas de todo el mundo practican esta actividad en Bois Henry. La Couarde sur Mer también cuenta con un mercado que le gustará explorar.
Actividades para todos los gustos
Windsurf, surf, paddle, catamarán, cruceros de recreo y más ... La Isla de Ré es también un destino deportivo y natural. A lo largo de las hermosas playas de arena, las aguas son todo un paraíso para los fanáticos de las emociones fuertes. Y, en tierra firme, el ciclismo se convierte en la actividad perfecta para descubrir la gran diversidad de paisajes que decoran el lugar. Pasee en bicicleta por Trousse-Chemise y observe las aves migratorias en las hermosas reservas de Les Portes-en-Ré para llevarse increíbles recuerdos. Un paseo por el parque de Bardette o en burro con pantalones también será un plan perfecto tanto para niños como para mayores. Además, los entusiastas del golf tendrán la posibilidad de practicar su swing en los campos, mientras que otros disfrutan de un hermoso paseo a caballo a lo largo de la playa o en el interior.