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Una deliciosa mezcla de tradición y modernidad, Marruecos es una tierra de aventura y contemplación. El país tiene todo lo necesario para seducir a quien lo visite: actividades entretenidas, obras maestras arquitectónicas, servicios de alta gama, etc.
Marruecos es uno de los tres destinos africanos más populares, junto a Egipto y Sudáfrica. Habiendo superado los 10 millones de visitantes cada año durante los últimos años, el país de bellos atardeceres ofrece todo lo que necesita para que sus vacaciones sean memorables. Independientemente de que busque descansar en una soleada playa, descubrir el Sáhara en camello o cruzar los suntuosos valles y gargantas de Souss-Massa-Draa, el reino cumplirá todos sus deseos.
Situado a los pies del Atlas, Marrakech merece una atención especial. Despertará todos sus sentidos con sus espléndidos monumentos, su animada plaza Jemaa el Fna y sus riads de alquiler que le brindarán una comodidad inigualable. Además, los zocos de su fascinante Medina, el antiguo barrio judío de Mellah, así como las tiendas de Guéliz y Sidi Ghanem siguen siendo los lugares más recomendados para apreciar la creatividad de los artesanos marroquíes y para ir de compras. Por supuesto, no podemos olvidar Rabat; la capital donde vivirá momentos idílicos. Los románticos disfrutarán en la antigua ciudad romana Sala Colonia cubierta de árboles frutales y considerada como el sitio más poético de la ciudad.
Pero si usted es una persona para quien las vacaciones implican mar, sepa que la costa marroquí le reserva una maravillosa estancia junto al mar, gracias a que goza de un clima templado durante todo el año y cuenta con una increíble herencia natural. Las playas de Temara, ubicadas entre Casablanca y Rabat, abarcan más de 25 km de arena dorada y prometen relajación. Además, se puede acceder a un paisaje impresionante en la reserva de Oued Massa, a unos cuarenta kilómetros al norte de Tiznit. Es una playa pacífica y grande en la que destaca un increíble pueblo troglodita, con escaleras, casas y terrazas en el acantilado. ¡No se lo puede perder!
