Idioma
Moneda
Profundamente apegado a su historia y tradiciones, Portugal se presenta de una manera completamente fascinante. Orgullosos de su identidad, los portugueses muestran la imagen de un pueblo al que le gusta divertirse. Durante su viaje a Portugal, se sumergirá en una atmósfera única de entretenimiento, descubrimiento y encanto.
La riqueza cultural de Portugal también se revela a través de la finura de su arquitectura y arte. Su estancia en este país profundamente marcado por la historia será recompensada con visitas a museos y galerías de arte.
Cuando visite el país, podrá ver en la capital la torre de Belém. La ciudad de Sintra, con sus numerosos palacios y castillos de arquitectura romántica, estilo gótico o renacentista, también merece una atención especial.
Siempre en este campo de la estética, Portugal sobresale notablemente con sus famosos azulejos. Este arte de la decoración arquitectónica en loza o azulejos de cerámica es, de hecho, el elemento estrella del país. Las fachadas de varios monumentos importantes de Portugal están adornadas con esta cerámica azul brillante.
Cuando viaje a Portugal, sentirá un ambiente particularmente cálido nada más llegar. La música es una parte esencial de la vida de los portugueses y se puede escuchar en muchos sitios. Los barrios de Alfama y Bairro Alto en Lisboa deben su notoriedad gracias al Fado, una música tradicional portuguesa.
Para crear cordialidad, siempre en este ambiente festivo, a los portugueses también les gusta reunirse en torno al fútbol. A menudo se dice que el fútbol se ha convertido en una especie de religión para los portugueses. Descubrirá el bullicio portugués en un bar o cafetería, en los que se comparte la alegría de ver un partido de fútbol. También será una gran oportunidad para mezclarse con esta creciente población.
Pero la cultura portuguesa también brilla a través de sus muchos monumentos religiosos. Obteniendo su herencia de la religión católica, Portugal tiene un rico patrimonio religioso, como la gigantesca Catedral de Coimbra y el Monasterio de los Jerónimos. Debido a su increíble belleza, el Monasterio de Batalha también merece una visita.
La cultura y las tradiciones de Portugal también se representan en su gastronomía. Disfrutará en restaurantes tradicionales o en bares de tapas degustando las especialidades locales. Pruebe el pastel de Belém o el famoso pastel de nata.
Aunque la noche de San Juan es una fiesta celebrada en varios países, bajo la atenta mirada del río Duero la ciudad de Oporto lo vive de una forma muy especial. El 23 de junio es la fecha en la que la capital del norte de Portugal acompaña la luz de la luna con la de las hogueras sobre la que saltan los lugareños, y hace volar globos de papel con una llama en su interior. São João es una de las celebraciones más importantes y conocidas del país y así lo demuestran las multitudes que deciden salir a la calle a celebrarlo, unirse a una verbena y degustar sardinas asadas acompañadas de un buen vino de la tierra.
Los llamados martelinhons son los protagonistas de una costumbre tan divertida como curiosa. Estos martillos de juguetes que emiten sonidos son utilizados para golpear la cabeza de amigos, familiares o cualquier desconocido que encuentren por el camino.
Y el broche final es realmente espectacular: fuegos artificiales que crean una imagen única para dar fin a esta noche tan especial y dar la bienvenida al solsticio de verano.
Cerca de la capital lusitana encontramos la ciudad de Torres Vedras que presume de albergar el que es, para muchos, el carnaval más portugués del país. Esta celebración respeta las tradiciones y el pasado de esta alegre fiesta que nadie quiere perderse.
Este espectáculo es cambiante, ya que cada año se asigna un tema diferente en torno al cual girará hasta el mas mínimo detalle del gran evento.
El carácter satírico de esta fiesta es, tal vez, su aspecto más característico. Y es que son muchas las carrozas que, siguiendo un organizado desfile, exhiben caricaturas de personajes conocidos como políticos y futbolistas con el fin de transmitir una crítica a los espectadores, quienes les obsequian con sonrisas como respuesta.
Los gigantes y cabezudos también adquieren protagonismo en el carnaval, al igual que lo hacen los llamados Matrafonas, hombres disfrazados de mujeres que, de una forma cómica, expresan su opinión sobre el género femenino en situaciones cotidianas.
Multitud de colores y de gente disfrazada, y un gran puñado de sonrisas inundan las calles de esta ciudad que, a principios de marzo, decide celebrar la alegría de la vida de esta forma tan especial.
